viernes, 29 de enero de 2010

Tiempo.


Siempre en lugares distintos, siempre intentando escapar, siempre buscando esos momentos de felicidad. Corres y corres y nunca alcanzas lo que realmente deseas, normalmente se le echa la culpa al tiempo, eso que nunca te das cuenta cuando a pasado y entonces es cuando te preguntas,¿que he hecho? has echo y seguirás haciendo mucho más de lo que te imaginas. Has crecido, has conocido, has ganado, has perdido, te has arrepentido, has reído, has llorado, en definitiva, has vivido.

Para mí siempre ha sido mi peor enemigo: muchas veces he querido detenerlo, otras quería que pasase lo más rapido posible, algunas he deseado rebobinarlo para volver a vivir momentos que echaba de menos, pero creo que ya va siendo hora (y nunca mejor dicho), de vivirlo y de recoger esas pequeñas cosas que te ofrece y valorarlas como se lo merecen: esa siesta que se alarga más de lo que tu querías, ese sueño del que te acuerdas nada más levantarte, ese llegar tarde, ese "no me apetece", ese "no tengo cuerpo" o "me encuentro mal", esa carrera para subirte al autobús, esa llamada sin sentido... ¿y luego pensamos que no hacemos nada? No paramos.
Y no niego que pasa muy deprisa, cada vez más, pero hay que aprender a adaptarse y a asumir que todos estamos igual, que en general: tempus fugit.

No hay comentarios:

Publicar un comentario