domingo, 27 de diciembre de 2009

Donde yo vivo

Sola, hablando entre estas cuatro paredes con las que comento la realidad, lo que realmente pienso y siento. Cada momento, cada noche, cada mañana, cada sueño se esconde de forma disimulada entre un montón de ropa. Momentos vividos que no merecen ser recordados y otros que no quiero olvidar, sabiduría distribuida en pequeñas porciones de las que he intentado a lo largo de estos años recoger una pequeña muestra que me haga madurar con el paso del tiempo. Nostalgia. Esas pegatinas que decoraban las literas de dos niñas inocentes que solo necesitaban escuchar una cinta y pasar un rato agradable para ser felices. Más tarde, como árbol recién talado cayeron esas dos camas separadas por conocimientos, diversión y responsabilidad. El tiempo a pasado sin darme cuenta, sin poder asimilar todo, sin conseguir superar esas cosas del todo. Viviendo día a día vuelve a mi la ilusión y la esperanza de ser feliz, a la vez-y no se por qué- siento nostalgia y tristeza momentánea que me hunde por segundos. Sera la época en la que estamos, será la dosis de hormonas que recibo constantemente, pienso y pienso y sigo sin saberlo, solo se que no soy yo y me duele, me duele frenarme de esta manera, me duele no poder dar lo que la gente necesita, me duele que no me comprendan, me duele no quererme y, solo pensar que poco a poco puedan dejar de hacerlo otras personas me mata por dentro, hace que explote ese nudo que se crea en mi garganta y que solo tenga ganas de encerrarme de nuevo, y desconectar a su lado. Pero como siempre, termino entre paredes que no dicen nada, en este simple mundo paralelo.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Pd:

Te conocí muy joven.
Te viví intensamente.
Te sufrí.
Aprendí de tí.
Te olvidé.
Me encontré contigo en varias ocasiones.
Te disfruté y no dejaste de enseñarme.
Me obligaste a ignorarte.
Fuiste un ideal para mí.
Te volví a sufrir.
Tuviste compasión.
Conseguiste entrar en mí.
Has conseguido hacerme feliz.

...y lo encontré

Le conocí hace años: me gustó su sonrisa, me encantó su forma de ser, me enamoró su mirada.
Pensaba en él noche y día, buscaba cualquier escusa para verle, era una ilusión poder escucharle, se convirtió en una obsesión permanente, creo que me enamore sin conocerle...
Hasta que un día, ese sueño de ser feliz a su lado se fue haciendo poco a poco realidad, y apoyandome en pensamientos platónicos, puedo decir q sentí esa nostalgia que poco a poco me hizo alcanzar esta idea de bien y felicidad.

Eso que pensaba que me perdería vino a mí sin darme cuenta, sin yo esperarlo lo encontré. Mejor dicho, me encontró.